Todavía es pronto para calificar el presente de las Yaguaretés como el más importante de su historia, porque están en mitad de un proceso y todavía queda mucho por contar, pero sin dudas ya se puede catalogarlo entre los más trascendentales: al quiebre de la hegemonía brasileña en el Sudamericano le siguieron dos actuaciones históricas en las primeras etapas del World Rugby Challenger Sevens, que han dejado al seleccionado argentino a un paso de la clasificación al repechaje en Madrid, por el ascenso al Circuito Mundial, la elite del rugby femenino mundial.
En la segunda etapa, el Challenger de Montevideo, tuvo una actuación decisiva la tucumana Mayra Aguilar, quien tras superar un año marcado por dos lesiones que la tuvieron inactiva durante un buen tiempo (rotura de labrum del hombro y quiste de Baker en la rodilla derecha), volvió con todo: en Uruguay fue la máxima anotadora de tries del seleccionado con seis conquistas, varias de las cuales fueron determinantes en los triunfos que llevaron al equipo argentino al segundo lugar. Sin dudas, el más viral de todos fue el que le hizo en la semifinal a Bélgica, cuando recogió una pelota suelta de espaldas a su marcadora, se deshizo de ella con un giro en una baldosa, luego encaró la defensa y quebró por el centro con un cambio de paso. Un try-azo.
"El balance de este torneo fue muy positivo para nosotras. Lo primordial fue mejorar la defensa, trabajar en conjunto y tener tackles positivos. Nuestro ataque es nuestra fortaleza y confiamos plenamente en nuestro sistema. Teníamos las herramientas suficientes para hacer un buen torneo", resume la alberdiana, enfocándose primero en el aspecto colectivo antes que en su gran rendimiento individual.
Un detalle no menor es que Mayra se lució ingresando desde el banco, como jugadora de impacto. Es decir, cosechó su media docena de tries jugando menos de siete minutos por partido.
"Me propuse dejar todo en cada minuto de juego. Estaba volviendo al equipo, y al ver como habían crecido en este tiempo me obligaba a ponerme a la altura del resto. La confianza se la debo exclusivamente a mis compañeras y a los entrenadores", destaca la jugadora de Aguara Guazú, de Aguilares.
Aunque no lo parezca, Mayra es una de las jugadoras del plantel actual que más años lleva en el sistema y en el seleccionado: de hecho, su debut en el seleccionado fue en el Valentín Martínez de 2015, cuando todavía eran Las Pumas, por lo que a fin de año cumplirá nueve años de trayectoria con la camiseta nacional. "Soy una afortunada. Tuve mis momentos de recaídas, por cosas de la vida. Muchas veces me sentí sin rumbo, pero siempre vuelvo a la ovalada. Al final es lo que me marcó y que siempre me devuelva al eje. En estos momentos estoy más enfocada que nunca", asegura Mayra.
Justamente, las lesiones que sufrió el año pasado fueron otro trance difícil que debió afrontar y que en más de una ocasión la hicieron pensar si seguir o no con el rugby. Por fortuna, no bajó los brazos, y tuvo su recompensa siendo una de las figuras de las Yaguaretés en Uruguay y sin dudas candidata a jugar el Challenger de Cracovia, donde se decidirá la clasificación a la final de Madrid.
"Tuve mi proceso de recuperación para volver lo más pronto posible. Lo que hacemos nosotras es un trabajo de todos los días, tanto físico como mental. Nuestros entrenamientos los hacemos en nuestras provincias, en nuestros clubes. Por eso estoy realmente asombrada por el crecimiento que venimos teniendo. Realmente me enorgullece. Ya venimos trabajando desde hace tiempo y los resultados se están dando. Haberle ganado a Brasil el año pasado sin dudas fue un gran plus. Darnos cuenta de que estamos a la altura, a pesar de que nuestra realidad no es la misma que la de ellas, que tienen mucha más experiencia en competencias y han jugado el Circuito Mundial, mientras que nosotras no", subraya Aguilar.
Si bien el rugby femenino sigue fuertemente asentado en la modalidad seven, Mayra admite que su paso por el rugby de España, donde debió adaptarse al rugby XV, le sirvió para crecer como jugadora. "Sí, jugar 15 es mucho más complejo. Haberme ido afuera fue un crecimiento deportivo muy grande. Realmente me dio otra visión. Ojalá en algún momento podamos tener la posibilidad de jugar 15 en Argentina. Seguramente será un proceso largo, pero con ayuda de las uniones y la difusión del deporte podremos achicar esa brecha, que a veces parece tan lejana", anhela la primera jugadora tucumana del interior de la provincia en jugar en el exterior.
Con las energías renovadas, Mayra mira al futuro con otra perspectiva: "los objetivos están puestos en Polonia y en la final de Madrid. Estoy convencida de que al rugby femenino argentino lo dejaremos bien alto. Agradezco a todas aquellas personas que nos apoyan, en especial a mi familia, que muchas veces me ha visto llorar y reír, me han acompañado desde el primer día y nunca me ha soltado la mano. Y también agradezco por ese mensaje de aliento a esa hinchada que nos hace sentir su cariño cuando nos toca jugar fuera de casa".